4.5.06

Sala de espera

En el número de febrero de la revista First (?), Pablo Alabarces (sociólogo y etcéteras) hace un reducido y esclarecedor (?) análisis de las pasiones que despierta un mundial y sus porqués:

(...) En los países periféricos, como el nuestro -y toda América Latina y África-, el mundial permite suponer que un éxito deportivo suplanta algo del mundo de lo real. Que lo que el índice de Desarrollo Humano mide implacablemente, el grado de desarrollo de un país en términos de riqueza y calidad de vida, puede superarse en el mundo de la fantasía futbolística...

(En Alemania 2006) nada muy importante está en juego, salvo la comprobación inevitable de que los brasileños siguen jugando mejor que los argentinos, como siempre. Por lo que lo que resta es la esperanza de victoria en algún clásico menor (Inglaterra, claro, o Italia, que nunca viene mal)...


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