Pequeños peligros al acecho

Si una noche salís de trabajar, corrés para alcanzar el tren de 00.10, y elegís sentarte adelante de ese señor que duerme... porque total, duerme...

¡Tené cuidado!

Porque tal vez el señor no esté dormido, sino que tiene una borrachera padre...

Y porque tal vez al señor se le ocurra lanzar todo el vino Maravilla tinto que ingirió, salpicando tu tobillo (ascoooooo), tus preciosas guillerminas claritas, y tu pantalón verde.

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