Mi abuela es tan pero tan grossa que no solamente se da el lujo de no reconocerme cuando la llamo por teléfono (a pesar de que le digo reiteradas veces HA-BLA-NO-E-LIA!!-NO-E-LIA!!), sino que cuando intentaba explicarme qué estaba viendo en la tele, me decía:
-Un partido, con ese morochito, que tiene el número 10. ¿Cómo se llama? Ese, el 10...
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