Rodrigo Fresán (a quien ya citamos antiguamente en xfavor) se despachó el domingo en Página 12 con una linda reseña a 40 años del lanzamiento de Revolver.
Para mí (y para mucha gente parece...), uno de los mejores discos de la historia (faaaaaa!).
Yo crecí escuchando a los Beatles, pero no porque fuera una niña prodigio (?) sino porque simplemente escuchaba la música que escuchaba mi vieja -que además incluía joyitas como el "pata-pata" (?), Nino Bravo (otro día vamos a hablar de él y del legado que me dejó), Sandra Mihanovich (Me contaron que bajo el asfalto, mi preferida lejos), etc-.
Sin embargo, a este discazo lo conocí hace pocos años y por casualidad. Y definitivamente me enamoró.
Dice Fresán:
Para mí (y para mucha gente parece...), uno de los mejores discos de la historia (faaaaaa!).
Yo crecí escuchando a los Beatles, pero no porque fuera una niña prodigio (?) sino porque simplemente escuchaba la música que escuchaba mi vieja -que además incluía joyitas como el "pata-pata" (?), Nino Bravo (otro día vamos a hablar de él y del legado que me dejó), Sandra Mihanovich (Me contaron que bajo el asfalto, mi preferida lejos), etc-.
Sin embargo, a este discazo lo conocí hace pocos años y por casualidad. Y definitivamente me enamoró.
Dice Fresán:
Recordó Geoff Emmerick , número 2 de George Martin, entonces, con veinte años de edad, autor de las recientes y muy interesantes memorias en plan yo-estuve-allí-y-trabajé-con-ellos tituladas Here, There and Everywhere: My Life Recording the Music of The Beatles: “Es un hecho: el día en que salió Revolver cambió para siempre el modo en que los músicos se enfrentaron al hecho de hacer y de grabar discos. Nadie había hecho antes algo así. Todo el mundo sabía que estábamos haciendo ese tipo de cosas. No demoró en correrse la voz. ¡Pero no podían conseguir esos sonidos porque los demás, claro, usaban un grupo de rock diferente! La banda nos incentivaba para que rompiésemos las reglas establecidas y la idea era que cada instrumento no tenía que sonar como el instrumento que era. Tenía que sonar diferente, a otra cosa. A partir de entonces, todos venían y me preguntaban si podía hacer sonar su bajo como el de Paul o su batería como la de Ringo y yo les contestaba que sí, que era muy fácil: bastaba con llamarlos por teléfono y ver si Ringo o Paul estaban dispuestos a tocar en sus discos”.
Enjoy!
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