Dice el gran Eduardo Galeano:
El texto completo acá.
[Vía eblog]
Alguien, no sé quién, supo resumir así esta copa 2006:
Los jugadores tienen una conducta ejemplar. No beben, no fuman, no juegan.
Los que de vez en cuando embocaban al arco, no jugaban lindo, y los que jugaban lindo nunca embocaban al arco. Toda África quedó afuera, desde temprano, y al rato nomás también marchó al exilio toda América Latina.
El campeonato mundial se convirtió en una eurocopa.
Los resultados recompensaban esto que ahora llaman sentido práctico: altos muros defensivos y adelante algún goleador, un Llanero Solitario, implorando un favorcito de Dios. Como suele ocurrir en el fútbol y en la vida, pierde el que mejor juega y gana el que juega a no perder.
Los penales ayudaron a la injusticia. Hasta 1968, los partidos difíciles se definían al vuelo de una moneda. De alguna manera, así sigue siendo. Concluido el alargue, los penales se parecen demasiado al capricho del azar. Argentina fue más que Alemania y Francia más que Italia, pero unos pocos segundos pudieron más que dos horas de juego y Argentina tuvo que volverse a casa y Francia perdió la copa.
El texto completo acá.
[Vía eblog]
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