6.7.06

Cultural e ideológicamente acuciante



...toda cátedra o recinto investigativo, es también una impugnación a la historia que nos toca. En una sociedad plagada de injusticia, olvido, corrupción, salvajismo del mercado y que sin embargo funciona, la Universidad sólo debe aspirar a ser el sitio de la transmisión de un pensar desnormalizante, deslegalizante de eso "que sin embargo funciona".
La Universidad abre un espacio de interrogantes, de constelaciones ignoradas, de disciplinamiento en las búsquedas. Después hay que seguir absolutamente solo o en grupo, pero con el fardo a cuesta al que nadie en particular te obliga, pero al que la crítica te destina. Y cuando digo crítica no estoy diciendo escepticismo, pesimismo, amargura, pálida sobre el mundo, sino tal vez lo contrario, toda actitud crítica intelectual esconde una resistencia a la cancelación de los sentidos, a lo indefectible, guarda una inconfesable promesa de reversión de las circunstancias.
En el caso de la Comunicación el problema es más conflictivo, pero al mismo tiempo más incitante. Nosotros estamos trabajando en un campo que por un lado nos procura un alto nivel de lucidez y dinamización interpretativa: las comunicaciones precisamente definen hoy las formas societales, la forma de la política, la forma de la cultura, del deporte, de nuestro propio pensar. Por otro lado, diría, estamos en el lugar del mal por excelencia (...) estamos tratando de ser comunicadores en un mundo donde vemos que las comunicaciones se nos escapan totalmente en cuanto a la posibilidad de lo que querríamos, ya que por lo general la comunicación que experimentamos define cotidianamente al mundo en las antípodas de una recuperación del espíritu del hombre.


"Los naufragios de la crítica", entrevista a Nicolás Casullo.

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