Ya no hay programas genuinamente bizarros en la TV argentina... Es una pena. Los niños de hoy no tendrán nada para recordar con ternura y cierto dejo de vergüenza ajena.
Roberto Galán, por ejemplo. Fuente inagotable de situaciones increíbles (por lo bizarras).
¿Cuántas veces te colgaste a mirar *Yo me quiero casar... y usted?*, casi sin poder creer lo que veían tus ojos?...
Esos viejos decrépitos, las minas sin dientes pero maquilladas... Intentar adivinar qué triste pareja se formaría esa tarde. ¡¡Qué grato recuerdo!!
¡¡O Finalísima!!
¿Te acordás de Finalísima?
Te apuesto lo que quieras que cada tanto se cruza por tu mente el legendario cantito "¡¡SÍ SÍ SÍ!!", que la producción ponía cada vez que un participante acertaba una respuesta (y que por supuesto tenía su antagónico "noo noooo nooooo", dicho con voz grave y triste).
¡¡Qué tiempos aquellos querida!!
Ya no hay programas así, que son freaks POSTA.
Y eso está muy mal.
Roberto Galán, por ejemplo. Fuente inagotable de situaciones increíbles (por lo bizarras).
¿Cuántas veces te colgaste a mirar *Yo me quiero casar... y usted?*, casi sin poder creer lo que veían tus ojos?...
Esos viejos decrépitos, las minas sin dientes pero maquilladas... Intentar adivinar qué triste pareja se formaría esa tarde. ¡¡Qué grato recuerdo!!
¡¡O Finalísima!!
¿Te acordás de Finalísima?
Te apuesto lo que quieras que cada tanto se cruza por tu mente el legendario cantito "¡¡SÍ SÍ SÍ!!", que la producción ponía cada vez que un participante acertaba una respuesta (y que por supuesto tenía su antagónico "noo noooo nooooo", dicho con voz grave y triste).
¡¡Qué tiempos aquellos querida!!
Ya no hay programas así, que son freaks POSTA.
Y eso está muy mal.
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