29.4.07

El síndrome del domingo por la tarde

Es domingo. 14:11.
Recién termino de almorzar en el jardín de casa, mirando el sol de otoño a través del sauce. Oliendo ese olor fresco del otoño. Una delicia que acompañé con una comida inventada y un par de copas de Trumpeter cabernet sauvignon. Leí los diarios, miré el partido de Cañas, caminé por mi barrio, recibí un mail de una muy muy querida amiga. Me reí con la genialidad de Fontanarrosa y su "hasta la victoria, a veces". Pensé en México, en mi próximo viaje, en la posibilidad de vivir una vida diferente dentro de poco. Me di cuenta (otra vez) de cuánto me cuesta concentrarme y obligar a que mis ideas lleguen a algo. Pero me acordé (otra vez) de que sí puedo hacerlo.
Ahora voy a ver alguna peli tirada en el sillón, y a la tarde voy a tomar unos mates con (otra) amiga.
Nada, este domingo estoy muy feliz. Ojalá que vos también.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pocas veces se puede resumir tan bien y en poquitas líneas una sensación tan linda. A mí también me gustan los domingos de frío y sol. Leer los diarios con el desayuno y mirar por la ventana. Es una sensación rara porque también tiene algo de triste y melancólico, sobre todo cuando el día va llegando a su fin. Bah, eso me pasaba cuando no trabajaba los domingos. O cuando tenía que al colegio. Allá lejos y hace tiempo.

Corbatta Rojo dijo...

Muy lindo post. Ojalá haya muchos más días así de felices.

Anónimo dijo...

Estaría bueno que vuelva jimenita. Estaría bueno Buenos Aires...

Jimenita dijo...

ja! parece que supieras el candidato que me tocó en la repartija laboral che!!

Lolette dijo...

Linda persona